Su pasión por la investigación y la nutrición la han llevado a formarse sobre la epigenética, microbiota intestinal, así como tratar adecuadamente el intestino permeable ya que cree fielmente que todas las enfermedades comienzan por el intestino.

Tras un fuerte diagnóstico de salud (tumor cerebral) el cual presentó en el momento más deseado en su vida, el nacimiento de su primer hijo, tomó las fuerzas y aplicó todas las herramientas nutricionales que lograron que saliera victoriosa. A partir de ese momento, se identificó con la frase “Diagnóstico NO es pronóstico”. De ahí, nace la idea de formar un equipo de médicos que vayan de la mano, con el único fin de darle las herramientas a los pacientes para que puedan empoderarse de su salud.